Prevención y bienestar del deportista para un mejor rendimiento deportivo
Es de todos conocido que en la sociedad en la que vivimos, los niños están sustituyendo la práctica deportiva por tiempo dedicado a actividades sedentarias tales como la televisión, videojuegos, móviles… a lo que sumamos una población infantil cada vez con más sobrepeso y peores hábitos alimenticios, abocando a una peor salud en la adolescencia que repercutirá en su futuro. Para ello, la Organización Mundial de la Salud promueve cambios en los hábitos de vida y alimentación para niños y adolescentes además de unas recomendaciones de actividad física.
La práctica deportiva con moderación mejora nuestro estado de salud y añade múltiples beneficios a nivel psicológico, así como a los sistemas inmunológico, musculoesquelético y cardiovascular. A pesar de ello, también es necesario reconocer que la práctica deportiva no está exenta de riesgos, por lo que debemos ser conscientes de que no es igual de beneficiosa o apropiada para todos.
La práctica de una sesión de ejercicio físico practicado de forma inadecuada, es decir no consonante con la capacidad física del individuo, puede suponer un riesgo para la salud e incluso la vida del sujeto, pero si se realiza de forma regular, individualizada, ajustada al perfil clínico y funcional, genera una serie de beneficios que compensan y superan el riesgo.
Entonces, ¿cómo podemos saber si se corre riesgo haciendo deporte o cuál es el deporte más apropiado para cada uno?
A la hora de elegir una práctica deportiva concreta, se ha de tener en cuenta tanto las características concretas de cada niño, su estado de forma previo, si existen o no patologías asociadas… También es fundamental atender a los deseos propios del niño, a sus gustos y preferencias, que van a ser la motivación que hará que mantengan la práctica deportiva en el tiempo.
La actividad física se recomienda en cualquier condición de salud. No sólo la debe practicar el niño sano, sino que es beneficiosa también en niños con alguna patología o discapacidad, siempre adaptada a cada situación. Pero, ¿cómo saber cuándo es segura dicha actividad? ¿A qué exámenes de salud debemos someter a la población infantil antes de que hagan ejercicio físico?
Por razones éticas, legales y médicas, hay una recomendación consensuada para un examen de medicina deportiva previa a la participación consistente en RMD (reconocimientos médicos deportivos). El estándar propuesto consiste en una historia clínica obtenida uniformemente, un examen físico y un ECG en reposo interpretado por un especialista calificado. Esta norma propuesta se basa en las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional (COI) y de las sociedades de cardiología, medicina deportiva y pediatría estadounidenses y europeos. Las organizaciones públicas, las autoridades gubernamentales, la Organización Mundial de la Salud, las sociedades médicas y las asociaciones de médicos deportivos actualmente aconsejan a todos que hagan ejercicio físico regularmente para la prevención primaria de enfermedades. De ello se deduce que a cualquiera que esté dispuesto a seguir este consejo se le debe ofrecer un RMD en manos calificadas, pues son el mejor instrumento de prevención, además de ser útiles tanto para asesorar, formar y recomendar el correcto ejercicio a personas de distintas edades y condiciones de salud. Por otra parte, previene efectos adversos del entrenamiento y detecta criterios de rendimiento deportivo para optimizar las cargas en jóvenes deportistas. Por lo tanto, podríamos indicar que el objetivo principal de los RMD es proporcionar “seguridad en la práctica” del ejercicio físico y/o deporte minimizando los riesgos asociados para la salud.
Los RMD van dirigidos a todos los individuos que practiquen o vayan a practicar deporte de competición en cualquier disciplina, debiendo ser la valoración de salud y aptitud el punto de partida de dicha actividad. Se aconseja realizar el estudio en aquellos niños que se encuentren entre los 6 y 18 años, sin importar la disciplina deportiva que practiquen. Tras el reconocimiento inicial, se aconseja una nueva valoración cada 1-2 años en el caso de los niños sanos, es decir, en aquellos donde no se han detectado anomalías, en las que se hará un estrecho seguimiento.
En masQsano, además de contribuir al cribado general de salud según las normativas vigentes mediante los RMD, se lleva a cabo la prescripción individualizada, la orientación anticipada para la participación deportiva como el estrés relacionado con el deporte organizado, el abuso de drogas o suplementos en los deportes, los trastornos alimentarios y las prácticas de control de peso , principios de participación deportiva o la importancia de la actividad física regular y el crecimiento y desarrollo normales. Todas estas acciones brindan una oportunidad para abordar el bienestar individual y colectivo mediante la prevención y cuidado del rendimiento deportivo, alcanzando mejores resultados a largo plazo.
Creemos necesario hacer entender a la sociedad que la práctica de ejercicio físico y/o deporte es buena para la salud, siempre que sea adecuada y segura. No obstante, para que dicho objetivo se cumpla es necesario que las personas antes de comenzar a hacer deporte se realicen un reconocimiento médico-deportivo en el que se valore el estado de salud con su correspondiente informe médico e informe de aptitud deportiva o en su opuesto, con una descripción de las contraindicaciones para la práctica deportiva, posponiendo la descripción pormenorizada de las mismas.
masQsano Tech for Health – Febrero de 2020