Deporte y coronavirus

Deporte y coronavirus

Los deportistas, al igual que el resto de la población, están expuestos a contagiarse e infectarse de COVID-19. La competición deportiva, los entrenamientos e incluso el ejercicio individual como “ocio” se han visto afectados, surgiendo dudas sobre su regreso. La incertidumbre es aún mayor durante y después de haber sufrido el contagio. Por ello masQsano quiere transmitir información clara y concisa para explicar una vuelta prudente a la actividad física tanto en deportistas profesionales como aficionados tratando de resolver las preguntas más habituales.

¿Se puede realizar ejercicio físico durante la pandemia?
El ejercicio físico nos ayuda a cuidar nuestra salud, ayuda a distraernos y a aliviar el estrés derivado de de la situación mundial. Por todo ello, siempre y cuando se lleven a cabo las normas dictadas por las autoridades, y las recomendaciones básicas para reducir los contagios, el entrenamiento físico moderado es beneficioso e incluso se asocia con una disminución en el riesgo de infección del tracto respiratorio, así como ayuda a reducir el impacto de complicaciones del virus.

El mayor riesgo de transmisión durante el entrenamiento es más probable en ciertos entornos donde los deportistas entrenan en grupos, practican deportes de contacto, no respetan las medidas de distanciamiento social o de higiene personal, y utilizan instalaciones comunes como vestuarios. La norma actual de distanciamiento social de entre 1 y 2 metros parece efectiva cuando se está quieto o parado en el interior o cuando se está en el exterior con poco viento. Ahora bien, cuando una persona está realizando esfuerzo físico las partículas se quedan en el aire y la persona que corre detrás puede estar respirando el llamado “flujo deslizante”. Se está generando una nube de gotas tras ellos que se extiende más de 1,5 metros. Ante estos hallazgos se propone mantener una distancia de al menos 4-5 metros al caminar, de 10 metros al correr o rodar en bicicleta y al menos de 20 metros cuando se va en bicicleta a alta intensidad. Por todo lo dicho, se recomiendan los ejercicios al aire libre, e independientemente de dónde haga ejercicio, no olvide limpiar el equipo con el que realice ejercicio.

¿Se puede realizar ejercicio mientras se está enfermo o contagiado del COVID-19?
Muchas personas con infección por COVID-19 parecen desarrollar una enfermedad relativamente leve y recuperarse casi por completo durante 5-7 días. En este caso, y siempre y cuando la sintomatología sea leve (estornudos, congestión, dolor de garganta…) al igual que las personas asintomáticas durante su fase de infección, se puede realizar ejercicio físico muy suave sin llegar a la alta-moderada intensidad, aunque nuestra recomendación es descansar unos días. No hay que olvidar que durante la fase de infección activa (clínica sospechosa o persona asintomática y PDIA+) o en caso de ser contacto estrecho, se deben seguir las estrictas pautas de aislamiento, quedándose en casa confinados hasta la finalización de la cuarentena de al menos 10 días.

Si el deportista desarrolla síntomas como fiebre, astenia, mialgias, disnea, tos seca… nuestra recomendación es abstenerse totalmente de realizar ejercicio durante al menos 2 semanas y hacer reposo en cama durante unos días hasta que los síntomas desaparezcan.

¿Cuándo y cómo se puede reincorporar al ejercicio físico tras superar COVID-19?
Algunos estudios publicados muestran los riesgos de afectación del sistema cardiovascular tras la infección por COVID-19. En algunas personas se observa alta carga inflamatoria, que es responsable del desarrollo del síndrome de distrés respiratorio, inflamación vascular y lesión miocárdica. Tras una infección activa, el ejercicio intenso puede disminuir la inmunidad, empeorar la infección, aumentar la inflamación, incrementar la necrosis celular, y generar un sustrato miocárdico proarrítmico muy peligroso, por lo que no podemos descartar a los deportistas del posible daño miocárdico, incluso en caso de permanecer asintomático; así como el daño pulmonar en los casos graves.

Las recomendaciones propuestas por las sociedades científicas recogen unas indicaciones limitadas y sujetas a la evolución clínica del deportista así como la gravedad de sus síntomas. Por ello se debe individualizar y valorar la necesidad de pruebas diagnósticas más exhaustivas.

Los pacientes que han sido asintomáticos o con síntomas muy leves y sin alteraciones en ECG, ante ausencia de lesión cardiaca, se puede retomar lenta y gradualmente el ejercicio bajo supervisión médica y siempre y cuando no se tenga ningún síntoma de “alerta”. En ese caso, así como los deportistas que han sufrido síntomas más graves, tras la resolución de los síntomas, se deben realizar una evaluación médica antes de reanudar la actividad física.

Si existen datos de afectación cardíaca o pulmonar se deberá realizar un examen médico completo más exhaustivo antes de reanudar cualquier actividad deportiva. Tras ello se valora la reanudación gradual del ejercicio bajo supervisión; el regreso al deporte será posible en presencia de resultados normales.

Para los casos de deportistas con sospecha o diagnóstico de miocarditis, prohibición estricta del deporte durante un período de al menos 3 a 6 meses. El retorno al entrenamiento será razonable si la función ventricular izquierda y las dimensiones cardiacas se normalizan, ausencia de arritmias y marcadores séricos de inflamación e insuficiencia cardiaca se normalizan.

Puede contactar con masQsano para asesorarse si tiene alguna duda, siente dolor o presenta otros síntomas nuevos al reanudar la actividad física.

 

Dra Elo Lillo

masQsano

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