Abran los ojos, en el mundo del fútbol
“Abre los ojos”, recuerdan esa película de Amenábar en la cual el protagonista sufre un accidente a partir del cual su vida cambia por completo, convirtiéndose en una horrible pesadilla, pues “abran los ojos” y despierten a un escenario nunca soñado de reanudación de las competiciones futbolísticas a primer nivel con unas condiciones que en nada se podrían comparar con la realidad: partidos en verano, con tres días de diferencia, tras un minipretemporada individual, seguida de un periodo de reactivación corto donde no hay otra finalidad que jugar. Jugar, sea cual sea su precio; ejecutando medidas excepcionales para situaciones excepcionales, pero que duda cabe, que iguales para todos los clubes.
Y yo me pregunto, iguales?. No sé yo.
Partamos de la premisa que ya hay equipos que están acostumbrados a dicha dinámica, aquellos que acumulan: liga, copa del rey y competición europea, y que llevan ese ritmo frenético buena parte del año.
Recordemos que existen equipos, que pueden salir beneficiados por su experiencia en tales situaciones, poniendo como ejemplo aquel conjunto blanco, que en su cuerpo técnico tienen integrantes tales como un preparador físico ganador de un mundial con Francia, aclamado por su éxito de llevar a los “bleus” a salir victoriosos de dicha competición sin tan sólo una lesión en sus filas.
Así que iguales, iguales, lo que se dice iguales…
Recientemente el dr Ripoll, referente médico futbolístico internacional, aseveraba en un diario deportivo de enjundia que: “pensar en la reincorporación deportiva de los futbolistas a nivel competitivo tras este periodo de relativa inactividad es cuanto menos un reto para los staff técnicos y los servicios médicos de los diferentes clubes”.
Asistimos ahora a un periodo de cuarentena, donde inicialmente el trabajo debiera centrarse en la elasticidad, el mantenimiento de la condición mínima muscular y si se dispone del espacio o medios adecuados, el trabajo aeróbico o anaeróbico adaptado.
Es de vital importancia mantener la estabilidad lumbopélvica, así como la fuerza y estabilidad mínima en la musculatura que rodea las principales articulaciones implicadas en el fútbol ya que no hay que olvidar que la desadaptación afectaría también al riesgo de lesión articular.
Por supuesto, los servicios de nutrición de los equipos tendrían que realizar un teletrabajo con los deportistas adaptando la alimentación a estas condiciones de semilibertad.
Pero…pasado este tiempo, los estamentos dirigentes de las competiciones deportivas en nuestro país han plantea retomar la competición tras un breve periodo de reactivación. Una pretemporada al uso donde los jugadores en este caso no vuelven de vacaciones, sino que regresan de trabajar individualmente en sus respectivos domicilios y que podría tener lugar allá por Junio.
Es entonces, cuando la incertidumbre aparece y nos plantea serias dudas: calor, humedad, carga de trabajo y competición, limitación en los descansos, qué pasará con la incidencia lesional….
Es entonces cuando: ¿será el tiempo para la matemática aplicada al fútbol, el control de la carga y la contabilizacion de cualquier parámetro en relación a la optimización deportiva para medir al milímetro: esfuerzo, recuperación, disciplina, descanso…
O será el tiempo donde se imponga la calidad de aquellos jugadores más brillantes capaces de desequilibrar un partido sea cualesquiera que sea su estado de forma?.
¿Los partidos dependerán de jugadas de estrategia con un fútbol conservador guardando las reservas de fuerza para poder terminar los encuentros sin calambres debido al acúmulo de minutos, el calor y la humedad del verano?
¿O más bien será el momento de los atletas de ultrafondo que aguantarán partidos de ida y vuelta sumando kilómetros y kilómetros en sus piernas, imponiéndose el poderío físico a la calidad.?
¿Será el momento de las plantillas sobredimensionadas repletas de fondo de armario o quedarán en desventaja los proyectos restrictivos con grupos cortos para evitar los problemas en las convocatorias y en los minutos jugados?.
¿Habrá incremento de las lesiones por todos los factores anteriormente citados (viajes continuados, modificación de la sistemática de los entrenamientos…) o éstas serán cuestión de mala suerte y falta de concentración?
Lo que está claro es que: aumentará el estrés y la presión en los jugadores, disminuirá el tiempo de descanso necesario entre eventos deportivos para afrontar con garantía el siguiente envite, los cuerpos técnicos y los servicios médicos deberán trabajar a contrareloj para la preparación táctica de los partidos y la recuperación física de los jugadores, asistiremos a un mundial de clubes con fases de grupos y eliminatorias que se contabilizarán como jornadas ligueras y todo eso teniendo en cuenta que en mitad de esta vorágine no aparezca un nuevo caso de COVID en una plantilla y haya que aislar a todo el equipo.
Verdaderamente hay tantos escenarios posibles, que es impensable trazar un plan de contingencia individual para cada jugador, cada club y cada situación médico-deportiva.
Pero…volvemos a lo de siempre: “Fútbol es fútbol”, y existen jugadores que entrenan compitiendo y así aumentan su rendimiento, rendimiento relativo marcado por el gol y por la victoria.
Tienen trabajo: LFP, RFEF, AFE y demás estamentos que participan en la vida futbolística nacional e internacional para llevar a buen puerto y de forma segura este mal sueño del cual alguna voz podría despertarnos susurrándonos: “abre los ojos”.
Dr. Pablo Berenguel
Director Médico masQsano